5.8—El ADN se moviliza entre los agentes microbianos de la boca y garganta


Los genes podrían transferirse a la bacteria de la boca o garganta a través de una variedad de agentes microbiológicos.

Vease alegatos falsos de la Ruleta Genética al final de la página.

Análisis de la comunidad experta científica

Los genes que confieren resistencia a dos antibióticos – ampicilina y kanamicina – suelen tener presencia en las plantas transgénicas debido a que son útiles en la manipulación del ADN en el laboratorio. A Jeffrey Smith le preocupa el desplazamiento de estos genes con resistencia antibiótica a la bacteria bucal. Este tema ya ha sido analizado por los microbiólogos, Desafortunadamente, La Ruleta Genética no le informa al lector sobre las conclusiones de dichos microbiólogos  (Bennett et al. 2004; Dröge et al.1998; Thomson 2001; van den Eede et al. 2004). Smith no informa a los lectores  que los genes que confieren resistencia a ampicilina y kanamicina se diseminan por los agentes microbiológicos en los alimentos, el tracto digestivo y los ambientes en donde se cultivan los cultivos alimentarios – particularmente en el suelo. Los lectores llegarían a entender que estos genes son reconocidos por su capacidad de transferirse frecuentemente entre las distintas especies de agentes microbiológicos por medio de plásmidos. El movimiento de los genes con resistencia antibiótica entre bacteria distinta es un fenómeno esperado y depende de los genes que se desplazan con los plásmidos.

Los plásmidos son minicromosomas circulares que se replican fácilmente dentro de las células bacterianas. Hay pruebas convincentes que el ADN de plásmidos se transfiere frecuentemente entre la distinta bacteria en los intestinos. Smith menciona estudios que demuestran que el ADN de plásmidos podría intercambiarse por medio de distinta bacteria en la boca. Pero el ADN de las plantas es muy distinto al ADN de los plásmidos. Los transgenes de las plantas no son circulares como los plásmidos. Los experimentos con ADN de plásmidos que simulan lo que podría ocurrir en la boca, no toman en cuenta el ADN transgénico portado por los cromosomas de las plantas.

En los experimentos de laboratorio, es posible exponer la bacteria bucal a una gran cantidad de ADN de plásmidos bacterianos y lograr que obtengan, exitosamente, ADN de plásmidos que portan genes de resistencia antibiótica. Pero es necesario tener condiciones optimizadas muy artificiales. Este experimento demuestra que la bacteria podría utilizar esta ruta para intercambiar genes con otra bacteria.

La Ruleta Genética utiliza estos experimentos como evidencia de que los genes de ampicilina y kanamicina del ADN de la planta podrían desplazarse a la bacteria de la boca al ingerir alimentos. Lo que Jeffrey Smith no menciona es que es virtualmente imposible que la bacteria capture estos genes de las plantas al menos que ya las tengan. Un importante motivo por el cual estos genes de las plantas no pueden transferirse a bacteria es que el ADN vegetal no es circular y no genera plásmidos circulares necesarios para que esta bacteria exitosamente herede genes nuevos. Si los genes no se colocan en plásmidos circulares, entonces el movimiento génico suele ser menos frecuente. Lo que Smith no entiende es que los experimentos que hacen referencia a la transferencia génica de la bacteria hacia la boca se realizó con ADN de plásmidos bacterianos y no ADN de plantas. Dichos experimentos confirmaron lo que ya es bien conocido, que la bacteria tiene opciones muy bien desarrolladas para intercambiar ADN de plásmidos bacterianos entre sí.  

Los microbiólogos han concluido que otra bacteria, que es muy común en los alimentos y en el suelo, porta genes de resistencia a la ampicilina y kanamicina y representa un riesgo mucho más serio al comprometer la efectividad antibiótica más que los alimentos genéticamente manipulados. Nunca se ha demostrado que los elementos GM donen nuevos genes de resistencia antibiótica a los agentes microbianos a pesar de muchos intentos de validar si podría ocurrir. La fuente más probable de ADN plásmido en la boca es de otra bacteria que portan grandes cantidades de plásmidos con frecuencia. Los experimentos de transferencia de ADN plásmido descritos por Smith solo confirman que la transferencia de genes antibióticos entre distintas especies de bacteria podría ocurrir  con poca frecuencia en la boca. El movimiento génico de alimento a la boca es una posibilidad teórica que no representa ningún peligro a la salud.  (Bennett 2004 et al. 2004). La Ruleta Genética no le informa a los lectores sobre esta información tranquilizante. Lo que Smith hace es especular. Esto no es prueba que los genes se mueven de la manera que él se imagina.

Vease también

Sección 5.2. Las plantas genéticamente diseñadas no promueven el movimiento génico de plantas a bacteria.

Cita de experto en esta área:

“Especular no es comprobar. Estamos entre los primeros grupos para demostrar que el ADN plásmido puede transferirse al intestino y no de una bacteria a otra  (Morelli et al. 1988.) Aunque esta transferencia ocurre todos los días en nuestros intestinos entre las células bacterianas, no hay datos que apoyan la transferencia de cultivos a bacteria” L. Morrelli. (Morelli L, Sarra PG, Bottazzi V. In vivo transfer of pAMbeta 1 from Lactobacillus reuteri to Enterococcus faecalis) J Appl Bacteriol. 1988 Nov; 65(5):371-5.

1. Los experimentos de laboratorio con ADN bacteriano no explican lo que podría ocurrir con ADN transgénico derivado de plantas. (De Atte von Wright)

A Jeffrey Smith le preocupa el riesgo de que los genes de resistencia antibiótica se diseminen desde los alimentos transgénicos a la bacteria bucal. Este proceso depende del consumo de ADN libre por bacteria competente – es decir, un estado fisiológico en donde la pared de la célula es permeable al ADN. Aunque alguna bacteria es naturalmente competente en algunas condiciones de crecimiento, otras deben ser manipuladas por tratamiento especial para poder permeabilizar la pared celular. Los experimentos que preocupan a Smith se han realizado bajo condiciones que simulan el entorno de la boca.  El investigador Derry Mercer y colegas  (Mercer et al. 1999) calcularon la transferencia de ADN plásmido (plásmido siendo una molécula de ADN pequeña y circular, que se auto-replica) a la bacteria bucal que ocurre naturalmente y que se transforma ante la presencia de saliva humana. Esta transferencia podría detectarse aunque la eficiencia se redujo rápidamente a lo largo de una escala de tiempo medido en segundos debido a la degradación de ADN.

Duggan y colegas (2003) realizaron experimentos similares con ADN de plásmida bacteriana colocada en la boca de ovejas. De nuevo, se observó una degradación rápida, lo que permitía una transformación detectable de bacteria Escherichia coli que se torna competente artificialmente (la competencia natural no es típico de esta bacteria). Cabe destacar que no se utilizó material de plantas transgénicas en ningún experimento si no ADN bacteriano purificado en una forma física (plásmido) óptima para la transferencia. Por ende, los experimentos no son representativos de la situación real en la boca, en donde solamente cantidades limitadas de ADN podrían ser liberados del alimento ingerido, lo que no generaría plásmidos.

2. Los genes resistentes a ampicilina y kanamicina están diseminados y se movilizan entre la bacteria.

Los alimentos regulares suelen comprender grandes cantidades de bacteria que albergan una gran cantidad de genes con resistencia antibiótica (e.g. Gevers et al. 2003; Ramessar et al. 2007) generalmente portados por plásmidos. Una de las fuentes principales de estos genes es el suelo en donde hay una gran diversidad de bacteria con resistencia antibiótica (D’Costa et al. 2007; Demanèche S et al. 2008). Un agente microbiano típico de suelo es resistente a siete u ocho antibióticos distintos. Los genes con resistencia a ampicilina y kanamicina se encuentran generalmente en dichos agentes microbianos de suelo (Beneviste, Davies 1973; Demanèche S et al. 2008; Dröge et al. 1998). Hay muchos mecanismos especializados para que el movimiento génico ocurra frecuentemente entre distintas especies bacterianas – el movimiento de los agentes microbianos del suelo a los gérmenes en los alimentos no es sorprendente. Dicho movimiento bacteriano ciertamente ocurre en el intestino (Morelli et al. 1988). Se ha demostrado que los genes que confieren resistencia antibiótica migran entre especies de agentes microbiológicos con una relación lejana y que suelen portarse en los plásmidos. Algunos plásmidos tienen la capacidad de inyectarse a una gran variedad de nuevos huéspedes microbianos y diseminarse de una forma promiscua por medio de un proceso denominado conjugación (Bennett et al. 2004; Dröge M et al. 1998; van den Eede G et al. 2004).

Dada las distintas formas en que la resistencia antibiótica de los agentes microbianos de la boca pueda ocurrir, los especialistas médicos han concluido que el riesgo comparativo de diseminación de la resistencia antibiótica de parte de plantas transgénicas es “remota, y que el peligro que pueda ocurrir por dicha transferencia sería, en el peor de los casos, leve.” (Bennett et al. 2004). La reserva disponible de genes provenientes de la alta cantidad de bacteria en el ambiente es la fuente de los rasgos de resistencia a antibióticos que podría captarse por patógenos. En comparación a la amplia cantidad de genes, los genes inaccesibles de las plantas son un riesgo diminuto.

3. La bacteria es la fuente más probable de ADN plásmido en la boca.

 La información que más preocupa a Jeffrey Smith son los experimentos que detectaron el consumo de ADN plásmido por la bacteria bucal bajo condiciones optimizadas en el laboratorio. La fuente más probable de ADN plásmido en la boca – recuerde que el ADN plásmido es el minicromosoma bacteriano que suele encontrarse en grandes cantidades en la células bacterianas – es la otra bacteria que se encuentra en la boca. Una gran parte de esta bacteria porta plásmidos pequeños, circulares que se replican en otra bacteria si logran alcanzarla. Estas pueden ser liberadas de su huésped microbiano original cuando la bacteria se daña o muere sea antes de entrar a la boca o durante la ingestión de alimentos. No es probable que los plásmidos puedan provenir de alimentos genéticamente diseñados (Bennett et al. 2004, Ramessar et al. (2007) Thomson 2001) excepto por la bacteria que podría albergar. Smith ha malinterpretado la información que confirma que los genes con resistencia a ampicilina, kanamicina y otros antibióticos portados en los plásmidos bacterianos se transmiten a una frecuencia relativamente baja a los nuevos huéspedes bacterianos.

Referencias

Beever D and Kemp C (2000). Safety issues associated with the DNA in alimento para consumo animalderived from genetically modified crops. A review of scientific and regulatory procedures. Nutritional Abstract Reviews Series B: Livestock Feeds and Feeding 70:175–182.

Benveniste R, Davies J (1973). Aminoglycoside antibiotic-inactivating enzymes in actinomycetes similar to those present in clinical isolates of antibiotic-resistant bacteria. Proc Natl Acad Sci U S A 70:2276-2280.” This work represents one of the first studies to identify mechanisms of resistance in soil-dwelling antibiotic producers to be identical to those in clinical pathogens – Streptomyces strains that inactivate aminoglycosides by acetylation and phosphorylation”. D’Costa et al. 2007.

D’Costa VM, et al. (2007). Expanding the soil antibiotic resistome: exploring environmental diversity. Curr Opin Microbiol. 10(5):481-9. There is now growing evidence that bacteria that live in the environment (e.g. the soil) are multi-drug-resistant. Recent research is revealing an unexpected density of resistance genes in the environment.

Demanèche S et al. (2008). Antibiotic-resistant soil bacteria in transgenic plant fields. Proc Natl Acad Sci U S A. 105(10):3957-62. “Our results indicate that soil bacteria are naturally resistant to a broad spectrum of beta-lactam antibiotics… These high resistance levels for a wide range of antibiotics are partly due to the polymorphism of bla genes, which occur frequently among soil bacteria. The blaTEM116 gene of the transgenic maíz Bt176investigated here is among those frequently found, thus reducing any risk of introducing a new bacterial resistance trait from the transgenic material.”

Dröge M et al. (1998). Review: Horizontal gene transfer as a biosafety issue: a natural phenomenon of public concern. J Biotechnol. 64(1):75-90. Duggan, PS, Chambers PA, Heritage J and Forbes M (2003). Fate of genetically modified maize DNA in the oral cavity and the rumen of the sheep. Br J Nutr. 89: 159 – 166.

Gevers D, Masco L, Baert L, Huys, G, Debevere J and Swings J (2003). Prevalence and diversity of tetracycline resistant lactic acid bacteria and their  genes along the process line of fermented dry sausages. Syst Appl Microbiol. 26: 277-283.

Mercer DK, Scott KP, Bruce-Johnson WA, Glover LA. and Flint H (1999). Fate of free DNA and transformation of the oral bacterium Streptococcus gordonii DL1 by plasmid DNA in human saliva. Appl Environ Microbiol 65: 6 -10

Morelli L, Sarra PG, Bottazzi V (1988). In vivo transfer of pAMbeta 1 from Lactobacillus reuteri toEnterococcus faecalis J Appl Bacteriol. 65(5):371-5. Detection of plasmid DNA movement between different bacterial species in the gut of mice.

Ramessar K et al. (2007). Biosafety and risk assessment framework for selectable marker genes in transgenic crop plants: a case of the science not supporting the politics. Transgenic Res. 16(3):261-80. Epub 2007 Apr 14.QUOTE: Our conclusion, supported by numerous studies, most of which are commissioned by some of the very parties that have taken a position against the use of antibiotic selectable marker gene systems, is that there is no scientific basis to argue against the use and presence of selectable marker genes as a class in transgenic plants.

Thomson J (2001). Horizontal transfer of DNA from GM Crops to bacteria and to mammalian Cells. Journal of Food Science 66(2):188-193.

van den Eede G et al. (2004). The relevance of gene transfer to the safety of food and feed derived from genetically modified (GM) plants. Food and Chemical Toxicology 42:1127–1156 (Based on text by Atte von Wright)

La Ruleta Genética falsamente alega:

1. La bacteria en la boca puede captar ADN libre.

2. ADN GM podría igualmente transferirse desde los alimentos.

3. El cruce de polvo o polen provenientes de cultivos GM podría causar la transferencia de los genes a microorganismos en el tracto respiratorio.

4. Esto podría impactar la salud y posiblemente transmitirse de persona a persona.

La Ruleta Genética trata el tema del consumo de ADN por la bacteria de la boca y garganta pero no explica como este movimiento de genes se compara con el movimiento de genes entre las poblaciones naturales de agentes microbiológicos.